Al finalizar el año se supo que la empresa Constructora y Distribuidora Bremar terminó por desistir de un segundo contrato que había logrado con la Confederación Deportiva Autónoma de Guatemala, CDAG, para el mantenimiento y reparación de una piscina en el Complejo Deportivo Maya en Santa Elena, Petén. Ello luego de las amplias informaciones sobre el caso del Estadio Nacional Doroteo Guamuch Flores y el incumplimiento de la empresa, al punto de que la misma CDAG decidió rescindir ese acuerdo.
El tema es importante, pues fue la presión pública la que hizo que este caso fuera seriamente revisado, tanto así que hasta al Congreso de la República fueron citados los dirigentes de la Confederación Deportiva Autónoma para explicar el caso del estadio nacional de Guatemala. Debemos recordar que por esos atrasos, nuestra selección no pudo contar con el Doroteo Guamuch para las eliminatorias mundialistas que recién terminaron. Las informaciones de prensa respecto al notorio atraso de la obra llevaron a investigar más a fondo para determinar que la empresa contratista no tenía la experiencia que había asegurado tener, ni disponía de licencias para proveer los materiales que se había comprometido a traer.
Hemos dicho que, desgraciadamente, nuestro sistema de compras y contrataciones no está hecho para garantizar la transparencia sino para facilitar toda clase de negocios y ello queda demostrado con la forma en que una entidad como la CDAG realizó esas dos contrataciones sin verificar, en absoluto, que el contratista realmente fuera capaz de cumplir con los compromisos. Hubo fuertes desembolsos de dinero y ahora se deberá buscar el mecanismo para lograr los necesarios resarcimientos, pero el hecho es que si no hubiera sido por el interés que la prensa puso en el atraso en los trabajos del Estado, todo hubiera seguido como operó al principio, es decir con la entidad autónoma pagando a la constructora sin verificar, en absoluto, los avances y menos aún la capacidad que podría tener para cumplir efectivamente.
Y eso nos debe comprometer como ciudadanos a estar más atentos y vigilantes porque ya sabemos que los mecanismos legales de control y fiscalización no sirven para lograr, efectivamente, que se eviten negocios que no van dirigidos al interés del país y de su gente, sino que se hacen más pensando en beneficios que se reparten las partes en ese tipo de contratos. La reforma al sistema de compras es impostergable.
De no haber mediado ese interés de la prensa y la presión de opinión pública que se generó como consecuencia del destape de las condiciones en que estaba la “obra” del Estadio Doroteo Guamuch Flores, seguramente que a estas alturas todavía estaríamos bajo los términos de ese contrato que únicamente se estaba cumpliendo en términos de los pagos que hacía el Estado a favor de los contratistas.
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